Andrea es un simpático octogenario, casado con María desde hace 63 años. Tiene dos hijos, Massimo y Romina. Trabajó como transportista de camiones. Apasionado del futbol, asiste con regularidad a su parroquia. Ha sido coordinador de un grupo eclesial de los padres Mercedarios. 

Andrea, ¿puedes contarnos algo sobre ti?

He tenido la suerte de crecer en una familia donde la oración ha estado siempre presente, con mi padre y mi madre y esto me ha formado para toda la vida. Estoy casado con María desde hace más de sesenta años. Hace un par de años María y yo acabábamos de volver de la playa que dejamos el 24 de agosto, el día en que a las 6 de la tarde, María, caminando por la pasarela, se tropezó con el suelo de cemento sumergido en la arena. Una violenta caída fue la causa de una fractura de húmero del brazo derecho. He compartido toda mi vida con María y siempre la he amado, no sé cómo haría sin ella. Nos hemos sostenido uno al otro en los momentos difíciles de nuestras vidas y agradecemos al Señor todas las alegrías que la vida nos ha dado.

A lo largo de tu vida has visto cambiar nuestro mundo. ¿Cómo ves lo que está sucediendo?

En estos últimos meses los telediarios y periódicos nos han contado tantas noticias tristes: granizadas en Bérgamo, inundaciones en Emilia-Romagna con daños calculados sobre los nueve mil millones y en consecuencia una tragedia que ha golpeado a las poblaciones; por no hablar de las guerras en curso en tantos países del mundo. Nuestros pensamientos se dirigen a los acontecimientos que han tenido lugar. Sabemos bien que la vida no ha sido nunca fácil, pero en los últimos años hemos tenido de todo: pandemias, conflictos, naufragios, deportaciones de niños en Ucrania, el terremoto de Turquía con 70.000 muertos. ¿Cómo no tener miedo y estar aterrorizados? Las personas se preguntan: si Dios existe, ¿por qué permite todo esto? Así vuelve el dilema de la humanidad. En verdad, no vuelve, siempre ha estado ahí. Las guerras, los terremotos, las enfermedades, los abusos, siempre han existido ¿Por qué Dios ha permitido la muerte de su Hijo? No podemos pretender juzgar la voluntad de Dios, y no se puede juzgar la fragilidad del hombre, podemos solamente confiarnos a la protección de Dios. 

Andrea, ¿quién es Jesús para ti? ¿Te sientes un discípulo misionero?

Jesús pregunta a Pedro: “¿Quién dice la gente que soy yo?, algunos dicen que “el Mesías”, otros dicen “un profeta”, después les pregunta “y vosotros quién decís que soy yo?”. Pedro responde “Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo, solo Tú tienes palabras de vida eterna”. Jesús pone esta pregunta también en nosotros, y yo me la hago tantas veces. Para mi Jeús es la Vida de mi vida, el Camino a seguir, la Verdad con la que me contrasto. Este ha sido mi compromiso toda la vida, he buscado vivir esto con María, he tratado de trasmitirlo a mis hijos, he tratado de ser testigo de esto con mis vecinos, con las personas con las que he trabajado, he intentado ser, a mi modo sencillo, un pequeño Evangelio abierto con las personas que se han cruzado en mi vida.

¿Te gustaría contarnos algo sobre tu familia?

En primer lugar, dejame decir que cuando el hombre abandona las reglas fundamentales paga las consecuencias. Hemos llegado a un tiempo en el cual se está destruyendo la célula de la vida, la familia. El Papa Francisco nos recuerda que “Dios es una familia formada por 3 personas que se aman tanto que forman una sola cosa”.  La Trinidad es una comunión de personas divinas, las cuales son una en la otra, una para la otra. La Trinidad nos ayuda a contemplar el estupendo misterio del que venimos y a través del cual caminamos. Estamos llamados a vivir no los unos contra los otros, sino los unos con los otros y para los otros, capaces de vivir en comunión y reflejar el amor de Dios. La familia es el núcleo en el cual el hombre puede entregar lo mejor de sí y sentirse realizado. El 24 de abril mi hija Romina cumplió 50 años, con esta ocasión, sus hijos y su marido han compitieron para organizar una espléndida fiesta. Hicieron un vídeo que subraya los momentos más importantes de la vida de Romina; a mi me pidieron una dedicatoria que plasmé0 como sigue: “Querida muñequita mía,  sabes bien que este es el nombre que te he dado siempre, con tu canción de cuna que decía: mi hermosa muñeca, la hogaza de pan de mi hermoso papá. Esta es tu canción de cuna que puedes recordar. Tu eres mi orgullo y mi consuelo, tienes el mismo carácter que yo, en nuestros explosivos desencuentros hacemos fuegos artificiales con un final agradable y luminoso, con tu físico de bolsillo   atlético y dinámico, pones en tu bolsillo los pesos más pesados. Permíteme expresar los sentimientos que hay en mi corazón, doy gracias a Dios por haberte tenido, y en sus manos confío tu protección y tus seres queridos. Las más sinceras felicidades de tu papá”.

Yo creo que la familia es la parte más importante del plan de Dios. Jesús, Hijo de Dios, es el proyecto completo de la Sagrada Familia. Redentor y Salvador, única esperanza nuestra, en todas las dificultades debemos pedir la fuerza para llegar a la única cita importante de nuestra vida. Dios de cada hombre, Padre nuestro no mires a los que no rezan y no aman, escucha a tu Hijo amado, que en el culmen de su sufrimiento te ha implorado: Padre, perdonalos porque no saben lo que hacen, concede tu salvación a todos los hombres.

Editado por Flavio Facchin OMI